Cuando estuve en el lado de la neurosis, hice muchas cosas locas. Fui excesivamente celosa, posesiva y exigente en mis relaciones. Usaba frases tales como «el otro ME hizo» sin dejar de mencionar los » YO, YO, YO» que se apoderaban de mi discurso, todo esto me llevaba a pensar que la culpa siempre estaba en el otro y nunca en mi, para mi yo siempre hacia las cosas bien y si no funcionaba era porque el otro no ME entendia.
Otras de mis grandes equivocaciones, era la creencia de que la respuesta a mis problemas en la adultez estaba en mi historia de vida, esto no era del todo falso pero luego descubrí que era una mirada limitada al problema, porque no me responsabilizaba de mis actitudes y comportamientos en el presente, siendo esta una protección de mi ego para no cambiar y mantenerme en la culpabilización a los demás: Mis padres, mi historia, mis parejas, en resumen: LOS OTROS, la culpa estaba en los otros. Me faltaba humildad para admitir mis errores y esto significaba desinflar mi ego.
He estado en ambos lados, en el lado de la neurosis y en el lado de la salud mental, y hoy quiero contarte como veo el AMOR ahora que ya me encuentro en recuperación, por si mi experiencia te ayuda a descubrir tus distorsiones:
El amor, el verdadero amor, no el posesivo ni exigente que nos hace sufrir, el que me toco descubrir, es una cosa que libera, no exige, se da, no se pide, no esa cosa egoísta que experimentaba antes cuando entendía que para estar bien necesitaba que el otro me diera y entonces podía sentir amor.
El amor no es una sensación agridulce o un tormento constante, sino que es tranquilo, pacífico y se vive en libertad, sin control, sin temor a que el otro se vaya por ende no debemos hacer nada para sentirnos seguros y evitar su partida, si el otro se ha quedado es por decisión, porque también ha decidido amarnos y no porque lo hemos retenido haciendo un esfuerzo extraordinario, donde nos desnaturalizamos y dejamos de ser auténticos.
Lo que daba como persona que vivió el amor distorsionado no era más que egoísmo concentrado en mí misma, y en realidad estaba buscando ser amada. Cuando buscamos ser amados exigimos, manipulamos y tratamos de llevar las riendas de las relaciones, nos molestamos cuando el otro no hace las cosas que debe hacer para que lo amemos, porque se ve en peligro nuestra capacidad de dar amor si el otro no nos da antes, esto nos lleva a intentar cambiar al otro para poder amar profundamente.
Hoy aplico este principio a todas mis relaciones, hoy entiendo que se puede amar sin buscar ser amado, cuando doy sin esperar, para lograrlo he tenido que aprender a estar dispuesta a soltar mi egoísmo y enfocarme en desarrollar día a día mi capacidad de amar genuinamente a los demás y con la creencia de que solo puedo cambiar un día a la vez, por hoy soy amorosa con mis seres queridos sin buscar ser amada con mis actos.