¿Alguna vez has dejado para mañana algo urgente y te has puesto a hacer cualquier otra cosa menos importante? Esto es lo que llamamos procrastinación, y aunque todos lo hemos hecho en algún momento, la clave está en entender por qué lo hacemos y cómo podemos manejarlo mejor.
Según una investigación publicada en la revista Psychological Science, la procrastinación no tiene tanto que ver con la mala gestión del tiempo, como muchos creen, sino más con la manera en que manejamos nuestras emociones. Esto significa que cuando estamos emocionalmente desequilibrados o abrumados, nuestra capacidad de concentración disminuye y tendemos a distraernos con tareas menos importantes.
El Círculo Vicioso de la Procrastinación
Cuando no podemos concentrarnos en lo que debemos hacer, nos distraemos con tareas que nos brindan gratificación inmediata, pero que no son realmente prioritarias. Esto crea una especie de círculo vicioso: cuanto más evitamos la tarea importante, mayor es la ansiedad que sentimos por no haberla realizado, lo que nos lleva a posponerla aún más.
Detrás de la procrastinación, a menudo se esconde el miedo a cometer errores. Nos enfrentamos al temido «¿y si…?» que paraliza nuestras acciones: “¿Y si no lo hago bien?”, “¿Y si fallo?”. Estas preguntas generan inseguridad, lo que alimenta el deseo de retrasar la tarea para evitar la posible incomodidad del fracaso.
Consejos para Superar la Procrastinación
Superar la procrastinación no se trata solo de ser más disciplinado, sino de entender tus emociones y tomar medidas prácticas para manejarlas. Aquí te dejo algunos consejos que te pueden ayudar:
- Identifica las tareas que sueles posponer: La procrastinación suele aparecer con aquellas actividades que no nos gustan o nos generan incomodidad. Observa qué tareas tiendes a retrasar y analiza por qué te resultan difíciles.
- Establece un horario para cada actividad: Utiliza herramientas como Google Calendar o cualquier otra aplicación para dividir tu tiempo en bloques y asignar tareas específicas a cada uno. Tener un plan claro te ayudará a mantenerte enfocado.
- Celebra tus logros, por pequeños que sean: Cada vez que completes una tarea, aunque sea pequeña, date un premio. Esto refuerza positivamente tu comportamiento y te motiva a seguir avanzando.
- Minimiza las distracciones: Apaga las notificaciones, cierra las redes sociales y crea un entorno libre de distracciones. A veces, lo que más necesitamos es un poco de espacio mental para poder concentrarnos.
- Planifica el día la noche anterior: Hacer un listado de tareas y organizar tu jornada con antelación te ayuda a empezar el día con claridad y propósito.
El Poder del Mindfulness y el Autocuidado
Además de las estrategias prácticas, es fundamental dedicar tiempo a tu mundo interno. Practicar mindfulness, por ejemplo, puede ayudarte a conectar con tus emociones, reducir el estrés y desarrollar la atención plena. Esto no solo te permitirá concentrarte mejor, sino que también te ayudará a comprender por qué sientes la necesidad de procrastinar y cómo puedes gestionarlo de manera más eficaz.
Y, por supuesto, si sientes que la procrastinación está afectando gravemente tu vida o bienestar emocional, no dudes en buscar ayuda profesional. A veces, hablar con un terapeuta puede ofrecerte las herramientas necesarias para superar esos bloqueos emocionales que están detrás de la procrastinación.